Orden natural y caos
- Antonella Recancoj
- 5 ago 2021
- 2 Min. de lectura
La cuestión de regirnos por normas deviene de un orden natural que surge para ordenar el caos existente en la humanidad, aquel caos que dio lugar a la existencia de la creación en medio de la cual fuimos formados, sin embargo, hay normas que fueron transgredidas en los primeros tiempos cuya vulneración fue evolucionando conforme al avance de las épocas mismas, siendo tal impacto que el ser humano aún cuestiona el orden natural de las cosas cuando este fue implantando en nuestros corazones desde antes del comienzo de la vida en la Tierra.
Podemos estar en discrepancia con las líneas anteriores, podemos elegir creer o no creer, podemos aceptar que hay un orden natural o ir en contra de él, lo que no podemos dejar de hacer es decir que todo tiene un orden, hablar con la verdad y saber que el ser humano siempre categoriza las cosas como buenas o como malas, ya sea según su “sentido común” o según su percepción o lo que sea que se lo indique, pero es inevitable que deje de categorizar cualquier elección que haga por más simple que esta sea.
Y es precisamente ese orden y ese llamado “sentido común” el que dicta nuestro comportamiento no solo frente a los demás, sino también el que guía nuestro diálogo interno que nos hace tomar decisiones o retractarnos de algunas de ellas, sin embargo, el ser humano se ha ido mal acostumbrando y mal formando a ver las cosas desde tantas perspectivas como a la sociedad se le antoje y las ha aceptado y hasta defendido por el simple hecho de ser aprobado en cualquier estrato social, por el hecho de verse “cool” ante los demás, de ser tomado como una persona que no tiene un pensamiento retrógrada -que es el clasificador que dan cuando alguien piensa diferente al rebaño- y tantas otras motivaciones vanas que solo inducen a que el ser humano se adapte a un falso progresismo social que lo único que provoca es un retroceso en la naturaleza del ser humano, lo que nada tiene que ver con progreso.
Cada día son más constantes las notas que vemos por diferentes medios en las que se ha querido re adaptar el modelo humano a nuevos conceptos fácilmente manipulables en beneficio de unos pocos que ostentan el poder y que con la revolución de masas y el desorden pueden lograr un caos en cualquier parte de la Tierra para ellos re programar a las nuevas generaciones. Tal y como sucedió al principio de los tiempos en que el caos y una tierra desordenada fue el escenario para abrir paso a una nueva creación, ahora el hombre quiere suplantar la tarea del Creador, queriendo usurpar una autoridad que no le corresponde, mediante la puesta en marcha de una agenda que genere un nuevo caos para ellos reformar e instruir -o destruir- sobre esa base, bajo su propia imagen y semejanza en un desorden natural de las cosas.
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