Él

No le daba espacios a la vida para sorprenderlo,

corría tras el viento sin alcanzarlo.

Evitaba construir castillos de cristal sin imaginar que los tenía justo enfrente.

A veces deja pasar la felicidad porque cree que ser vulnerable lo hará débil.

No sabe que lo verdadero no se va.

Tiene el corazón lastimado,

con la sonrisa lo disimula.

Hace del mundo su espacio de descanso

mientras disimula las cicatrices.

No sabe que los ojos que no lo quieren dejar de ver, se dan cuenta de todo lo que lleva dentro;

que aún con todos sus miedos dentro, no se asustan,

prefieren quedarse a sanar o a acompañar el trayecto que él solo recorra para librar su alma del dolor y del miedo.