Aquella noche
- Antonella Recancoj
- 22 ene 2021
- 1 Min. de lectura
No se trataba de una noche cualquiera, aquella noche fue una noche especial, quizá una de mis favoritas con él, pero cómo elegir momentos favoritos si todos los que pasaba a su lado hacían que me perdiera en un espacio infinito. Viste que a veces la gente describe en las mejores noches aquellas en las que fueron consumidas por sus cuerpos, envueltos entre besos y uniéndose en pasiones que desbordan hasta las partes más ocultas del cuerpo. No me refería a una así. Aquella noche ni siquiera existieron besos, no porque no me muriera por ellos, sino porque aquella noche significaba más que eso.
Su cuerpo envolvió el mío como si para protegerme toda la vida se tratara, disfrutamos una tarde del tipo de intimidad en la que compartes historias, momentos y las actividades más cotidianas adquieren otro significado. Cayó la noche y el reloj se fue quedando en el olvido, tan solo sus brazos rodeándome era todo lo que importaba. No importaba si había hambre, calor o frío, lo único que bastaba era su respiración cerca de mi oído y su corazón cercano al mío. Aquella noche él era todo lo que quería, ni los balcones de Italia ni los campos Elíseos, solo él y yo envueltos en lo que más adelante se convertiría en olvido.
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