Era ese día
- Antonella Recancoj
- 26 ene 2021
- 1 Min. de lectura
Si pudiera elegir el día de mi partida, sería hoy.
No me faltaba nada.
Tenía su mirada clavada hasta los huesos,
el sabor de sus labios en todo mi cuerpo,
el color de su mirada navegando hasta lo más profundo de mi alma
y el roce de sus manos en los bordes que trazaban mi vida.
Si me tocara decidir, me decidía hoy.
Tenía la lírica de su corazón, el ritmo de sus latidos,
la llama que alimentaba su espíritu de aventura, calma y tormenta
que hacía juego con mi cordura, alma y vestimenta.
Tenía las letras que recitaban su cuerpo
y también las notas que jugaban en su pensamiento.
Hoy era el día, no importaba más.
Hoy me perdería en los confines del mundo con él,
me quedaría en la esencia de su vida.
Hoy me decidiría por fin de esas dudas
porque lo tenía todo y a la vez me faltaba él.
Entradas recientes
Ver todoLo que queda de la noche nunca se va resabios de piel y atisbo de mar encuentros fortuitos que de casuales solo tienen las horas. Como...
Qué dicha sería haber dejado de palpitar en el latido más estrepitoso lleno de la vida consumida hasta el último instante...
Comments