Cae la lluvia

No se trata de escapar...

Caen las gotas de lluvia en forma de tormenta que arrasa con todo a su paso, como algunas personas cuando llegan a nuestra vida, trayendo consigo todo lo que encuentran en el camino, desatando nudos anidados y descargando las nubes de sus gotas de vida que nutren nuestra alma y siembran historias que serán parte de una cosecha permanente o efímera.

La vida pone las preguntas y nosotros damos las respuestas, nos es entregada una pluma al nacer y con ella escribimos nuestra propia historia a cada segundo. Sin darnos cuenta, llegamos a los veintes, a los treintas, a los cincuentas o más y buscamos al autor para hacer reclamos con la factura en mano hasta caer en la cuenta que ese autor siempre ha convivido con nososotros, siempre hemos sido nosotros. La vida pasa cuando sonreímos y no deja de avanzar cuando nos tiramos al suelo consumiéndonos en nuestros propios sentimientos; la vida pasa cuando salimos a vivirla en nuevos lugares y nuevas historias, pero también cuando permanecemos estáticos anclados en un bucle que pareciera aparecer para encerrarnos con llave.

En tan solo minutos sale el sol, calma la tempestad de preludio y un rayo ilumina las partes de un cerro desconocido, como anunciando el tiempo de bonanza después de la guerra en donde muchas batallas fueron perdidas y otras ganadas, anunciando por la tarde que el amanecer llegó para quedarse, que la vida tiene mil colores, en unos llueve y en otros se viven atardeceres eternos que deslumbran con sus tonalidades al mundo de habitantes ambulantes de trenes con destinos variados y dispersos.

No hay cuentos de hadas que reemplacen los matices de la vida real y como una respuesta automática, el cielo se vuelve a poner gris y las nubes vuelven a derramarse sobre los montes y los valles, para unos es tormenta, para ellas es hacerse vida, proclamarse una, ser parte de los acontecimientos bajos los techos que la reciben, fluir.

No se trata de escapar ni de correr tras un afán, se trata de fluir como la lluvia en una tormenta...

...como cuando se vuelve rocío y penetra por las capas de la tierra llevando vida y crecimiento al porvenir, estando latente sobre los pies de quienes habitan en presencia por encima de ella, fluir como cuando se salen de las líneas de las nubes dibujadas en el cielo, dejándose caer y dejándose llevar por donde el viento las transporte, fluyendo para sembrar vida y estar presente.