Destinos y realidades

El punto intermedio entre lo que sentimos, lo que creemos es para nosotros y lo que está al alcance de la mano lo dispone la pauta entre iniciar una conversación o evitarla. El punto intermedio entre destino y realidad cuando queremos algo, pero no se da porque hay muchos obstáculos que no estamos dispuestos a pasar.

O nos jugamos la vida o no la vivimos, el miedo nos conduce a arruinar los buenos recuerdos y a privarnos de grandes historias. A veces tenemos el destino a la vuelta de la esquina, pero decidimos tomar otra ruta porque tememos equivocarnos de camino sin pensar que puede ser un viaje espontáneo lleno de aventura.

El punto intermedio está en las decisiones diarias que tomamos, cotidianidades como iniciar una conversación o esperar a que la otra persona escriba primero mientras está esperando lo mismo; pedir una disculpa o dejar que el orgullo sea el invicto ganador; ir por el café pendiente o archivar la cita; correr riesgos y agendar a esos clientes difíciles o no hacer nada, quedarse en la estática del día; dar un sí y conocer a la otra persona o privarte de iniciar algo nuevo y seguir con tu independencia, casarte con tu soledad y vivir la vida sola.

No siempre las decisiones tomadas en el instante serán las correctas, pero tampoco nadie escribió una gran historia desde el sofá de su casa a menos que sean letras inventadas. La vida es un riesgo y está después del punto intermedio entre la decisión o la abstención, va más allá de una acción.

En esta vida somos partícipes de ambas, historias por acción o historias por inacción, aprendiendo después del golpe, aprendiendo en el momento o aprendiendo desde el recuerdo. Cada historia nos catapulta a la siguiente y así vamos por el mundo, de historia en historia, agradeciendo unas y añorando otras.

Que el coraje y la valentía le ganen al miedo, que la vulnerabilidad se convierta en fortaleza y que las ganas venzan a la duda. A veces la realidad cambia al destino y no siempre tiene que ser malo, pero los puntos intermedios están a la orden del día entre lo que puede ser y lo que es.