Conociendo nuevas almas y de nuevo al alma
- Antonella Recancoj
- 26 ene 2021
- 2 Min. de lectura
...el futuro se acerca vestido de encuentros fortuitos y otros planeados.

La carretera está preparada, mientras todos los transeúntes pasan sobre ella, diferentes destinos ya delimitados para las veinticuatro horas que vuelven a correr. Las primeras horas pasan, con ellas el bullicio en auge y el movimiento de la humanidad se acelera, unos corren tras el viento, otros tras una meta, muchos formando parte de rutas trazadas y unos pocos saliéndose de las líneas en busca de nuevos colores y travesías.
Mientras tanto, la cita de las ocho ya está fijada y las dos nuevas almas ya intercambian palabras que les den la seguridad de no ser los únicos presentes, sino que aseveren la coincidencia de ambos en las coordenadas acordadas. Mientras llenamos de pendientes el día y salimos de otros, el futuro se acerca vestido de encuentros fortuitos y otros planeados.
Cuando la noche cae y el evento trasciende, cargados o liberados de pasiones y emociones, dos almas a punto de conocerse preparan su mente y predisponen su alma. ¿No es un arte encontrarse por primera vez? La incertidumbre de lo desconocido, la espontaneidad de la conversación, los inminentes planes que puedan surgir en medio de la mesa, el arte de conversar cara a cara, la vacilación entre un segundo encuentro, la desaparición de ambos o una vida de destinos unidos sin pensarlo.
El arte comienza en una mirada y continúa con una palabra. Está en el descubrimiento de nuevas almas, en las expectativas desechadas y en la oportunidad de los encuentros espontáneos sin esperar nada a cambio.
El ambiente que a los protagonistas contendrá se pinta como escenario de momentos nunca antes observados e irrepetibles sin embargo. El reloj avanza y entonces la nueva alma le da total sentido a la vida, la forma en que sus ojos ven el resto describe una galaxia desconocida, cientos de constelaciones por observar, un Universo que explorar.
El encuentro deja algo más, hace recordar e introyectar, lleva de nuevo a una vieja alma conocida, comienza a salir de nuevo, a ser más feliz, a recordar viejas pasiones y a liberar la personalidad de quien le pone cerrojos que no dejan a cualquiera ingresar. Conocer nuevas almas nos llevan de regreso a la nuestra mientras deponemos las armas.
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