Hablando de eventos históricos

No solo es una toma de posesión controversial lo que marca la historia, es la decisión que estamos a punto de tomar...

En un día como hoy, cuando otro evento histórico trasciende por la humanidad, mientras contemplo el sabor del café y su aroma, me detengo a pensar en todo y en nada. Vivimos de recuerdos y de historias no contadas, pasamos horas frente a los aparatos que nos detallan el día a día a nivel internacional, creemos que tenemos acceso a toda la información y que estamos al día con las noticias cuando en realidad hay mucho más allá de lo que no sabemos, y más aún, hay mucho de lo que ni siquiera sabemos que no sabemos.

El mundo está por cambiar, como siempre lo hace, cambia día a día, hora a hora, el segundo que acaba de pasar ya no es igual al que está por venir, es que en realidad cada cosa que pasa, ya es un evento histórico.

No solo es una toma de posesión controversial lo que marca la historia, es la decisión que estamos a punto de tomar, es la acción que dejamos de hacer, son esas cosas las que cambian la historia, no solo la nuestra, sino la de nuestro alrededor.

Cada cosa influye en el cambio que queremos ver o en el cambio que dejamos la vida haga por nosotros. Ponemos en pausa algunas marchas, esperamos a que llegue una fecha determinada para hacerlas realidad y dejamos pasar eventos trascendentales por no accionar, no sabemos si mañana podremos realizarlas porque la vida muchas veces es jugada por otros actores que ejercen el poder central sobre ella y de pronto, el mundo cambia por completo. Tuvimos que vivir una #pandemia para aprenderlo, aquella que sigue en marcha; los planes que dejamos para “después” tuvieron que eliminarse por completo o simplemente olvidarlos; constantemente la vida va girando en formas que siguen sorprendiendo.

Un día como hoy, cuando los ojos del mundo estuvieron puestos en un magno evento que vendrá a girar la balanza, nosotros seguimos detrás de bastidores esperando que llegue nuestro turno de interpretar un papel elegido voluntariamente -en la mayoría de ocasiones-, hasta que alguno ejerza con libertad su rebeldía y se salga del acto para interpretar su propia vida sin guiones ni instrucciones más que su libre albedrío, formando parte del evento histórico de su propio camino.