Un nuevo día
- Antonella Recancoj
- 7 jun 2021
- 1 Min. de lectura

Los pajaritos cantan la melodía de la vida mientras la agitación del día empieza. Se comienzan a oír los pasos de los transeúntes y el ruido de motores por las calles que emprenden el camino, nuevas rutas o viejas conocidas. No ha salido el sol y en las afueras dos señoras salen con su venta del día mientras los niños duermen; los caminantes salen en busca de una nueva travesía llevando en la espalda una maleta de memorias coleccionadas en fotografías; rumbo a la jornada los jóvenes transitan buscando el futuro de sueños y valía; mientras en un rincón de la calle el viejo perro de los suburbios observa el agitar de sus peregrinos que lo saludan.
La hora corre y los primeros rayos de sol comienzan a dilucidarse, el amanecer termina y la luz penetra por los ventanales de los hogares que albergan historias de noches difusas. Al fondo una melodía, apenas se distinguen las notas, pero suena a la sinfonía de la vida que acompaña a la rutina que siempre busca salirse de las líneas, unos corren, otros caminan, mientras el director del coro hace de las suyas. Tras de un escritorio se escribe la agenda del día y la máquina de espresso anuncia con su aroma la llegada del café que sirve de punto de partida.
El tiempo avanza y el movimiento se intensifica, ya es de mañana y comienza el día.
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